Recuerdo aquellos últimos días de Julio, cuando deseaba que llegase el día 2, para largarme a la playa, y que comenzase mi mes de vacaciones. Y llegó. Fueron 10 días entre la novedad de la playa y el aburrimiento de estar con mis padres...pero no estuvo mal. Después de eso, llegó San Roque. Noches de duro trabajo, pero tambien algunos ratos de fiesta y buenas compañias. Pero yo estaba esperando q se acabase...para volver a casita, 5 dias y 4 noches de un sueño hecho realidad, besitos sinsibles en una cama para dos y despertares tardíos para bajar la persiana y seguir durmiendo. Pero todo esto queda lejos. Pues el día 28 empezó el campamento, un campamento que se veía extraño...70 niños, sitio nuevo, y un calor atorrador. Y no fue para menos. Apenas gente ni tiempo para hablar tranquilamente, pero todos fantásticos para pasar una maravillosa semana. Cristian, Tato, Dani, Ruben, Clemente, Fran, Aaron, Marisol, Victoria, Marta, Marcos, Jonás, y una larga lista que no me voy a poner a recordar...tampoco me sé los nombres de todos. Quizás eso le ha quitado drama a la despedida. O quizás me esté acostumbrando a una semana de convivencia intensiva con cierta gente y luego ¡PLOF!...todo se difumina. Bueno...siempre nos quedará Losar. Y ahora todo vuelve a la rutina. Es extraño, pero me apetece volver al instituto, empezar un nuevo curso en el que dar lo máximo de mí. Y por supuesto, poder volver a verte cada día, llamarte cada noche antes de quedarme dormido, y cada mañana antes de empezar el duro día. Abrazarnos corriendo en el banco de San Calixto...y quedar por las tardes para "estudiar formulación". Te Quiero, Te Quiero mucho...ya lo verás.